jueves, 7 de abril de 2016

La Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación 2015


Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
7 de abril de 2016

La Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación conjunta en un solo instrumento tres mecanismos preexistentes: la Norma Mexica NMX-R-025-SCFI-2012 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el Modelo de Equidad de Género (MEG) Instituto  Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la guía de Acción contra la Discriminación: “Institución Comprometida con la Inclusión” del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).

La Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación 2015 (en adelante la Norma) integra tres elementos clave: igualdad, inclusión y no discriminación. La Norma parte del reconocimiento de que la discriminación en los espacios laborales es aún un problema que se presenta de manera cotidiana. Tema por demás pertinente ya que tanto en espacios de trabajo públicos como privados la discriminación existe. Las personas son discriminadas en su trabajo por diversas causas: por ser mujeres, por tener alguna discapacidad, por pertenecer a un pueblo indígena o muy comúnmente, por su apariencia.

La Norma reconoce también que existen prejuicios y estereotipos de género que limitan, obstaculizan o impiden la participación de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres en la esfera laboral. Por dar un ejemplo, el ingreso promedio para las mujeres en puestos de mando en los sectores público, privado y social es de 81.18 pesos mientras el de los hombres es de es de 95.24 pesos.

La inclusión laboral es uno de los ejes centrales de la Norma debido a la necesidad de promover y garantizar la igualdad y la justicia a grupos, personas y colectivos históricamente marginados. El propósito fundamental de la inclusión laboral es el acceso a un empleo digno, productivo y bien remunerado a favor de las personas en edad de trabajar sin importar su origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o conyugal, entre otros motivos. Por ejemplo, en materia de inclusión de personas con discapacidad. ¿Ha observado usted los problemas de infraestructura que hay en las dependencias de gobierno? Escaleras espantosas, elevadores que no sirven, baños sin diseño inadecuado para personas con discapacidad motriz, ausencia de guías en el piso para personas ciegas.

La Norma establece los requisitos para que los centros de trabajo públicos, privados y sociales, de cualquier actividad y tamaño, integren, implementen y ejecuten dentro de sus procesos de gestión y de recursos humanos, prácticas para la igualdad laboral y no discriminación que favorezcan el desarrollo integral de las y los trabajadores.

La Norma señala dos tipos de requisitos, los críticos y los no críticos. Los cinco requisitos críticos son indispensables para obtener la certificación. Estos requisitos son: 1) Contar con una Política de igualdad laboral y no discriminación en el centro de trabajo o equivalente; 2) Contar con un grupo, comisión o Comité encargado de la vigilancia del desarrollo e implementación de prácticas de igualdad laboral y no discriminación en el centro de trabajo; 3) Contar con un proceso de reclutamiento y selección de personal sin discriminación y con igualdad de oportunidades; 4) Realizar una auditoría interna. 5) Medir el clima laboral y no discriminación en el centro de trabajo.

Aplicar la norma mexicana incluye además contar con un plan de capacitación y sensibilización en igualdad laboral; utilizar lenguaje incluyente no sexista y accesible; realizar acciones para la corresponsabilidad en la vida laboral, familiar y personal con igualdad de oportunidades; contar con accesibilidad en los centros de trabajo y establecer mecanismos y regulaciones para prevenir, atender y sancionar las prácticas de discriminación y violencia laboral en el centro de trabajo.

Tomando en cuenta los enormes rezagos que hay en México en materia del derecho a la igualdad y la inclusión, la Norma resulta de gran relevancia. Sin embargo, una gran cantidad dependencias de gobierno de todos los niveles y en todos los ámbitos no podrían certificarse (por ser una Norma pueden o no querer certificarse, aunque sin duda ayuda a la imagen política de una empresa o institución pública) en el corto plazo (y me atrevo a decir, que ni el mediano plazo). Muchas de estas dependencias e instituciones no cuentan con políticas de igualdad laboral o si las tienen no se aplican en la realidad. Las mujeres siguen sin tener acceso a puestos de mando o de toma de decisión; existe hostigamiento y acoso sexual y prácticas de discriminación. Las contrataciones no se realizan mediante convocatorias públicas, transparentes y abiertas pues siguen realizándose prácticas de “contrato a mi cuate” “cumplo cuotas porque debo favores” por ejemplo. Si realizáramos una encuesta sobre clima laboral en las dependencias (confiable, transparente, donde de verdad el personal pudiera expresarse) observaríamos que existen problemas serios de comunicación, discriminación, hostigamiento y acoso sexual laboral y acoso laboral (mobbing). La presencia de personas con discapacidad empleadas tanto en el sector público como en privado está muy por debajo de lo razonable.

El uso del lenguaje incluyente y no sexista es parte de lo que la norma solicita pero es evidente que muchos de los formatos, publicidad y materiales de difusión de las dependencias, instituciones públicas se invisibiliza a las mujeres, se utiliza el masculino genérico, es decir, siempre o casi siempre se habla en masculino.


La Norma en sí misma es un instrumento de gran relevancia que de cumplirse impactaría en la vida de las personas y más aún, en la productividad del país. Diversos estudios han demostrado que si las personas se desenvuelven en un ambiente laboral de respeto, donde se valora su trabajo y en el que se realizan acciones para promover la corresponsabilidad de mujeres y hombres en las tareas del hogar, lo cual tiene como premisa el contar con una cultura distinta de horarios y prestaciones laborales para ambos sexos, se genera un impacto favorable en el rendimiento del personal y por ende en la economía de un país. El problema radica en qué tanto existe verdadera voluntad para realizar los cambios necesarios para cumplir con los requisitos que impone.

@aluisanerio


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